Ir al psicólogo es cosa de “locos”?
A menudo a las persona les cuesta menos ocuparse de la salud física que de la psicológica. En cambio, en la salud de la persona las dimensiones física y psíquica van a la par. Por consiguiente ir al psicólogo no significa “estar locos”, sino ocuparse de uno mismo e intentar recuperar el propio bienestar.
Aunque existen criterios diagnósticos bien definidos en los manuales actuales, la frontera entre “normal” y “patológico” es lábil. No es necesario tener un diagnóstico psicopatológico para ir al psicólogo, la mayor parte de las personas se dirigen a este tipo de profesionales por problemas de la vida cotidiana. Además de las patologías psiquiátricas graves, la psicoterapia se dirige a las personas con dificultades o problemas que empobrecen su calidad de vida. Algunos por ejemplo, piden ayuda para afrontar el estrés, superar miedos o timidez, problemas de ansiedad, superar traumas personales o periodos de crisis vitales, dificultades para alcanzar objetivos personales o para “ponerse en marcha”... etc.
Muchas veces, el hecho de ir a hablar con un psicoterapeuta implica un acto de valor, ya que el primer paso fundamental para cambiar es el reconocer cuando se necesita ayuda.