Las personas se dirigen a mi principalmente porque sienten un malestar, a veces identificado concretamente: depresión, trastornos de sueño, ansia, obsesiones, ataques de pánico, carencia de habilidades sociales, trastornos de la alimentación o problemas sexuales. Pueden también buscar ayuda para afrontar un momento particularmente complicado en sus relaciones con los demás, con la pareja, con los familiares,... o puede ser que sientan simplemente que “hay algo que no va”, un malestar al que no consiguen, a veces, ni siquiera darle un nombre.
Otras veces en cambio, las consultas pueden ser dirigidas a afrontar problemas relativos a otras personas, por ejemplo una situación particularmente problemática de un hijo o de un padre.
El objetivo principal es el reforzar las competencias personales en términos afectivos, relacionales y emotivos y la adquisición o restitución al sujeto de la capacidad de perseguir su propio bienestar de forma autónoma.